Me llamo Lucía y soy una mujer con suerte. He descubierto lo que me hace feliz y desde entonces trabajo con amor y constancia para que este proyecto siga floreciendo. Ya desde muy pequeñita mostraba mucho disfrute por todo lo que fuese crear con mis manos, era sin duda el momento del día en el que el tiempo se esfumaba. Recuerdo tener también un cuaderno donde iba apuntando todo lo que me inspiraba: frases de libros, citas, películas, frases que escuchaba… Ahora, echando la vista atrás, me parece maravilloso haber sabido aunar inspiración, emotividad y color para dar forma a lo que actualmente es Pinceladas Conscientes.
Confieso haber dado muchas vueltas hasta llegar al día de hoy. Estudié magisterio, profundicé en la Pedagogía Waldorf, el campo de la Inteligencia Emocional, la crianza respetuosa, y otras formas de hacer que resonaban más conmigo. Conocer y practicar la Plena Consciencia, o Mindfulness, plantó unas semillitas en mí que espero tener siempre presentes. El arte lo vinculo mucho a esta práctica porque me permite de manera muy fácil crear ese espacio de presencia y quietud donde volcar todo aquello que me inspira a través de mis ilustraciones: la naturaleza, los vínculos entre las personas, una forma de vida más sencilla, mi amor por los animales, la música, la danza, el encuentro, las emociones… Recalco que para mí el arte es transformador porque favorece ese espacio seguro donde ir soltando poco a poco juicios y exigencias, expectativas, necesidad de control, perfeccionismo, guiones obsoletos y cerrados… para ir dando lugar a un hacer más centrado en el amor, el disfrute, la confianza, la calma, la presencia, la fluidez, la abundancia, la paciencia, una apertura a lo nuevo y muchas bendiciones más.
Considero que no es fácil vivir del arte y hay que trabajarse mucho la confianza y un hacer que esté a expensas de unos resultados rápidos y tangibles. Pero creo que cuando encuentras tu don, aquello que te hace sentir bien y que además disfrutas, no debemos dar espacio a la rendición. Me gusta mucho esa cita de “aquellos que desean cantar, siempre encuentran una canción” y creo que es cierto y que con perseverancia y teniendo una ruta clara, los caminos van apareciendo, surgen colaboraciones, nuevos proyectos, personas que son como ángeles y que te ayudan, se va construyendo una comunidad afín a ti, etc. Mi ilusión a corto plazo es retomar esa parte educativa y crear en un espacio cuidado para compartir con más personas mi pasión por la pintura. ¡Ah! ¡Y escribir e ilustrar un cuento infantil que llegue a adultxs y niñxs! En cualquier caso, lo único que espero es no perder en ningún lugar del camino todo el amor y la ilusión que le he puesto siempre a mi trabajo.